"Dar la mano, abrazar a un familiar para transmitirle ánimo, contener al paciente... son detalles que te nacen del alma y multiplican el valor del servicio que brindamos."
Adriana Burgos es integrante del equipo profesional de FAMILIA Acompañantes. "Me capacité en técnicas y cuidados asistenciales, pero creo que también es muy importante ese plus que lo da la vocación de servicio y que, si no lo traes contigo, nadie te lo puede enseñar."
A su entender, ahí radica la diferencia en el servicio de FAMILIA y, a la vez, el desafío de los acompañantes de seguir fortaleciendo su nivel en lo profesional y en lo humano: "Dar la mano, abrazar al familiar, contener al paciente, son detalles que te nacen del alma y multiplican el valor del servicio que brindamos."
Adriana se siente orgullosa de trabajar en algo que le gusta porque todos los días aprende algo distinto: "Cada situación es distinta a la otra. Recuerdo que tuve la oportunidad de conocer personas mayores y también me pasó que cuidé a una niña de 12 años. En cada situación, las necesidades son diferentes pero de igual manera fueron servicios maravillosos, de mucho aprendizaje. Disfruto mucho lo que hago y me da muchas gratificaciones."
Para Adriana no hay nada más reconfortante que sentirse útil. "Saber que lo que uno hace es valioso para otra persona y sobre todo, hacer el bien", concluye.