Socia de FAMILIA Acompañantes y del Hospital Británico
Cristina Otero estuvo tres meses internada en el Hospital Británico, luchando contra sucesivas complicaciones a raíz de una cirugía traumatológica. Desde su convalecencia recurrió al servicio de Familia Acompañantes y poco a poco, superando juntos un sinfín de altibajos médicos y sobre todo anímicos, fue saliendo. "Cuando uno está con todos esos inconvenientes está como abrumada por todas las cosas que tiene que resolver y que no se resuelven o se resuelven mal, pero con Familia fue bárbaro. Siempre hubo una persona en el lugar, muchas de las fiestas tuve que pasarla ahí y todo fue sensacional".
"Me operaron en el Banco de Prótesis y después fui para el Hospital Británico (que es mi sociedad) donde estuve desde el mes de noviembre hasta el 10 de febrero de 2018. Se me infectó y tuvieron que hacerme varias intervenciones. Todos mis familiares trabajan así que todo el tiempo estuvo una persona de Familia y cuando venía la reposición todo estuvo muy bien, sin ningún inconveniente. Conocí dentro del plantel de acompañantes a gente extranjera y bárbaro, sensacional, todos muy cálidos".
"Sentirse uno mal y tener a alguien que está ahí como si fuera un familiar, eso no se paga con plata. Como estuve tanto tiempo internada los estados de ánimo varían y yo sentía que vibraban con el problema mío, como que no había solución y sentía el "ya va a venir, ya vas a salir, arriba, apoyo... realmente me sentí muy cómoda. Me arreglaban el cabello con la planchita,...que tenés que pintarte que estás muy pálida,...que no te pongas eso ponete lo otro.... Todo muy bien, incluso me siguen llamando y me siguen preguntando como estoy".
"Todo fue mucho más que trabajar, fue "el plus" que de alguna manera está atesorado en la persona misma. En todo momento yo sentí esa entrega que se veía y no era necesario que nadie lo dijera".
Pub. 17/05/2018
