Miembro del equipo profesional de FAMILIA
Hay personas valientes, capaces de tomar decisiones sin miedo y con la mirada puesta en el porvenir. Así se define Iraida del Carmen Serrano Reyes quien, luego de jubilarse en su país, emigró de Venezuela. Es profesora de Matemáticas y trabajó como docente en los tres niveles educativos. Se graduó de maestra de primaria, después en la Licenciatura en secundaria y finalmente la Maestría en Educación Superior. Luego de jubilarse hizo labor voluntaria durante seis meses en una casa de adultos mayores como docente recreativa, enseñando a leer y participando en actividades recreativas.
Cuando llegó a Uruguay tuvo la idea de continuar su trabajo hasta que descubrió que su camino iba en una nueva dirección, formando parte del plantel profesional de Familia Acompañantes. "Me di cuenta de que realmente esto es lo que me hacía falta porque me ha llenado enormemente. Yo siempre vengo a trabajar con una sonrisa, mis problemas se me olvidan. Es una catarsis".
Gran labor social
De todos los países latinoamericanos, Iraida quedó encantada con Uruguay por su poca población en comparación a su país de origen y por la tranquilidad. "Cuando llegué aquí lo primero que sentí fue una paz grande y se lo he dicho a mis compañeras, yo me siento feliz de haber elegido este lugar porque me acogió con sus brazos abiertos".
"Vine con mi esposo, no somos jóvenes pero tampoco nos sentimos viejos. Tanto es así que cuando salimos de Venezuela le dije a nuestra familia, a mis amigos, a mis nietas: "me voy a un país donde sé que nos va a ir bien, porque tengo la energía positiva, esa que tienes cuando sabes que todo va a estar bien".
Allá dejó Iraida a sus hijas, nietas, madre, hermanos y vino a casa de unos amigos. "Ser acompañante no es un trabajo sino una gran labor social, es un privilegio servirle a alguien que está en un momento difícil, donde puedes ser el apoyo o la base de esa persona para poder salir adelante o estar más tranquilo en la vida".
