Joaquina Herrero (20)

Su padre la hizo socia del servicio de acompañantes de la Asociación Española. "Él fue el que averiguó y nos puso a todos; a mí, a mis tres hermanas, a mi madre y a él, por supuesto", describe.

Joaquina Herrero (20)

Socia de FAMILIA Acompañantes y de la Asociación Española


Joaquina (20) es socia de la Asociación Española y FAMILIA Acompañantes. Según cuenta, fue su padre quien la hizo socia del servicio de acompañantes de la Asociación Española. "Él fue el que averiguó y nos puso a todos; a mí, a mis tres hermanas, a mi madre y a él, por supuesto", describe.

El domingo 12 de junio de 2016, Joaquina ingresó a la mutualista tras sufrir un siniestro de tránsito que le provocó luxación de rodilla y tibia. Si bien su familia se turnaba para estar con ella durante todo el día, el servicio de FAMILIA fue un apoyo y soporte clave para la organización en el cuidado.

"La chica (acompañante de FAMILIA) venía de 6 de la mañana a 12 del mediodía. Y eso sirvió mucho, porque así mis padres podían pasar la noche conmigo en el sanatorio y al otro día de mañana irse un rato a casa, descansar un poco, bañarse, preparar el mate, o lo que sea, y volver", cuenta la joven.


UNA ACOMPAÑANTE "GENIA"
Joaquina recuerda a su acompañante y repite varias la palabra "genia" para referirse a ella. "Fue un alivio en un montón de cosas para mí, como por ejemplo los primeros baños que fueron en la cama. Ella me vio muy incómoda y tiró un montón de ideas de cómo bañarme. Se notaba como que tenía mucha experiencia en lo que hacía. La verdad, una genia".


DE CORAZÓN
En el trato personal, Joaquina también recuerda con mucho cariño el trabajo de su acompañante. "Era como que estaba ahí no solo porque tenía que trabajar... sino que lo hacía porque le gustaba de verdad, no sé cómo explicarte... como que lo hacía de corazón, con mucho sentimiento".

"Había días en que yo estaba muy mal, bajón, y ella me hablaba, me decía que iba a mejorar, que me quedara tranquila. Me veía llorando y me contenía mucho, sacaba temas, me entretenía la mañana. También cuando veía que estábamos en un momento más familiar o íntimo con mis padres, ella sola se daba cuenta y nos decía que salía afuera de la sala y cualquier cosa la llamáramos".

Uno de los temas que más preocupaba a Joaquina era no cansar tanto a su padre y a su madre, por lo que sintió una tranquilidad con FAMILIA Acompañantes. "Siento que si mi madre no hubiera tenido el apoyo de la acompañante no hubiera podido con todo, porque había situaciones que, obviamente, no sabía manejarlas", remarca.


ANÉCDOTA
"Cuando me pusieron el collarín en el cuello, el mismo día del accidente, se me había pegado todo el pelo. En el momento en que lo sacaron me quedó todo una porra gigante en la cabeza (se ríe). Mi mamá me dijo de cortármelo pero yo no quería. Mi padre compró un producto, para ir desenredarlo y ella (la acompañante) se ofreció sola, con una paciencia y ternura que no te puedo explicar. Mechón por mechón, lo logró desenredar. Una genia, genia".