Miembro del equipo profesional de FAMILIA Acompañantes
Gloria invirtió gran parte de su vida en el cuidado a otras personas. Siendo joven, fue voluntaria durante muchos años en el centro de salud cercano a su casa, ubicada en plena selva amazónica del Perú. Aunque ella asegura que hubo momentos de extrema dificultad, balanceó sus labores domésticas para poder asistir a su comunidad, haciendo toda clase de tareas como auxiliar de salud.
Se casó muy joven (a los 15 años) y al cumplir 23 tenía 5 hijos varones. "No fue fácil, pero de igual manera nos fuimos acomodando". Ya adultos, ellos comenzaron a migrar en busca de mejores condiciones de vida. "Cuando nació la última de mis hijas" confiesa, "quisimos con su padre darle mayores oportunidades para que estudie y trabaje".
En ese momento sus hijos mayores (cuatro de ellos), ya vivían en Uruguay y les abrieron camino para que pudieran trasladarse desde tan lejanas latitudes a Montevideo. "Hoy mi hija tiene 17 años, terminó el liceo y comenzará a estudiar Medicina. Estamos muy orgullosos de ella y de las decisiones que tomamos. Nos confirma que hicimos las cosas bien".
La situación de Gloria en el ámbito laboral también fue favorable. Con su experiencia en el área asistencial, al poco tiempo de obtener su residencia se capacitó en el cuidado físico, emocional y mental de personas con diferentes patologías y se sumó al equipo profesional de FAMILIA Acompañantes.
"Me siento muy cómoda y segura en mi desempeño laboral, es algo que siempre me gustó y por lo que me preparé durante mucho tiempo. Además, tuve la oportunidad de conocer a muchas personas y vivir experiencias que significaron mucho aprendizaje. Uruguay es muy bonito, me acogieron muy bien y la gente es muy amable."
